«Sólo hay que contar el número de compositores que escriben sobre Diego, para comprender el grado de compromiso de este extraordinario pianista con la música de su tiempo. La primera vez que hablé con él fue telefónicamente, había acudido a un concierto en Santander y había escuchado una obra mía y le gustó. A partir de entonces seguimos manteniendo el contacto e iba descubriendo la gran cantidad de actividades que, desinteresadamente, hacía por la música. Finalmente vino a Barcelona para dar unos conciertos y nos conocimos personalmente, y descubrí una gran persona que rebosa generosidad, honestidad, y una sencillez muy poco común en el mundo de la música, en fin, una suerte conocerlo.»