«Encontrar, para un compositor vivo, un intérprete del talante de Diego Fernández Magdaleno es una suerte rara, por su rigor en la lectura de la partitura y por su incansable búsqueda de lo desconocido en la creación musical. Por lo que tiene de animador entusiasta y por la ausencia absoluta de pereza en la asunción seria de su papel. De su nada fácil papel para encontrar el camino adecuado de conectar con el oyente.
El prejuicio que siempre, queramos o no, pesa sobre nosotros, es rápidamente pulverizado por un músico que llena las salas de concierto con los programas menos convencionales y en los que abundan los nombres desconocidos. El hecho de haber estrenado más de cien obras de autores vivos es algo lo suficientemente explícito para definir una categoría de músico excepcional.»